Si solo tienes 15 años cotizados, debes saber que en 2025 podrás acceder a la pensión, pero con condiciones muy concretas, ya que tendrás que esperar hasta los 66 años y 8 meses para jubilarte y recibirás únicamente el 50% de tu base reguladora, por lo que, dicho de otra forma, si tu base reguladora fuese de 1.400 euros, la pensión se quedaría en unos 700 euros mensuales.
Este es el escenario al que se enfrentan muchos trabajadores con carreras laborales cortas, que cumplen el mínimo exigido para optar a la pensión contributiva, pero que ven limitada la cuantía. Ahora bien, si no se llega a esos 15 años de cotización, la alternativa es la pensión no contributiva de jubilación, que en 2025 se sitúa en torno a los 564 euros al mes, siempre que se cumplan ciertos requisitos de renta y convivencia.
La edad de jubilación y la pensión en 2025
La Seguridad Social ha fijado para 2025 dos edades legales de jubilación:
- Debes haber cumplido los 65 años en caso de que puedas acreditar al menos 38 años y 3 meses de cotización.
- En el caso contrario, deberás esperar hasta los 66 años y 8 meses si tienes menos de ese tiempo cotizado.
Con solo 15 años de cotización, va a ser inevitable que tengas que esperar a los 66 años y 8 meses, lo que implica que la pensión será más reducida. Además, se aplicará la regla del 50% sobre la base reguladora, que se calcula tomando las bases de los últimos 25 años, dividiéndolas entre 350.
Es importante tener en cuenta que se exige que, de esos 15 años cotizados, al menos dos estén incluidos dentro de los últimos quince antes de la jubilación, ya que si no se cumple este requisito, no se podrá acceder a la pensión contributiva.
En casos de prestaciones bajas, la Seguridad Social puede aplicar el complemento a mínimos, pero este solo se concede si los ingresos totales del pensionista no superan el umbral establecido cada año, tratando de esta forma el garantizar que ningún beneficiario quede en situación de extrema vulnerabilidad.
Alternativas si no se llega a la pensión contributiva
Para quienes no alcanzan los 15 años de cotización, la opción disponible es la pensión no contributiva de jubilación, que asegura un ingreso básico a mayores de 65 años en situación de necesidad. En 2025, la cuantía íntegra anual es de 7.905 euros, repartidos en 14 pagas de unos 564,7 euros al mes.
La pensión no contributiva se ajusta en función de las rentas personales y familiares, así como del número de personas que convivan en el mismo domicilio, como por ejemplo si el solicitante vive acompañado, esta cuantía puede reducirse, pero siempre respetando un mínimo que no puede ser inferior al 25% de la establecida, es decir, 1.976 euros al año, unos 141 euros mensuales.
Esto convierte a la pensión no contributiva en una red de seguridad para quienes, pese a haber trabajado en algún momento de su vida, no lograron cotizar lo suficiente, además de que es compatible con ayudas sociales y, en algunos casos, con pequeños ingresos siempre que no se superen los límites fijados por la Administración.
¿Conviene alargar la vida laboral?
La gran pregunta para quienes llegan a la jubilación con solo 15 años cotizados es si compensa seguir trabajando unos años más, y la respuesta en la mayoría de los casos es que sí. Esto se debe a que alargar la vida laboral permite incrementar la base reguladora y, con ello, aumentar el importe final de la pensión.
Incluso retrasar la edad de retiro más allá de la legal tiene incentivos:, ya que la pensión demorada ofrece complementos económicos por cada año adicional en activo, lo que puede marcar una gran diferencia en el futuro.