Si alguna vez te has quedado mirando por la ventanilla del tren durante un viaje, puede que tus ojos se hayan desviado a ese borde lleno de puntos negros que rodean el cristal, el cual a simple vista pueda parecer un detalle decorativo, casi como un diseño moderno para hacer más agradable el interior del vagón, esto no tiene nada que ver con la realidad. Y es que la función de esos puntos negros es muy concreta y sorprendentemente útil, ya que sirven para proteger el cristal y evitar que se rompa por los cambios de temperatura típicos de los viajes.
Así lo ha explicado un doctor en Física y Química en un vídeo que se ha vuelto viral, aclarando que los puntos negros ayudan a distribuir el calor de forma uniforme entre el cristal y el marco, dos materiales que no se expanden igual cuando suben las temperaturas. Gracias a estos pequeños “puntos”, el cristal no se quiebra, mejora su adhesión al marco y se alarga su vida útil, una explicación que desmonta la idea de que son simplemente un elemento de diseño, porque lo cierto es que su presencia tiene una razón técnica muy importante.
Para qué sirven realmente los puntos negros en las ventanas del tren
La verdad es que la explicación es bastante clara y sencilla, ya que cuando el sol incide directamente sobre las ventanas, el cristal y el marco no se calientan al mismo ritmo, una desigualdad que provoca tensiones que podrían terminar agrietando la superficie. Aquí entran los puntos negros que nos ocupan, también llamados frits, los cuales son una capa de esmalte cerámico fundida al vidrio durante el proceso de fabricación y que actúan como un degradado térmico, concentrando más cantidad en el borde y dispersándolo hacia el interior del cristal, logrando que el calor se distribuya de forma más progresiva.
Además, tienen un ligero relieve, lo que contribuye a que el adhesivo que sujeta el cristal al marco se mantenga firme con el paso del tiempo, un detalle que tiene una segunda función, y es la de proteger ese adhesivo de los rayos UV, que podrían deteriorarlo con el tiempo. Lo interesante es que estos puntos negros no solo aparecen en trenes, sino también en autobuses, tranvías e incluso en coches, especialmente en sus lunas delanteras y traseras, por lo que están mucho más cerca de nosotros de lo que pensamos.
Por qué se ha generado tanto debate alrededor de estos puntos negros
Como suele ocurrir en redes sociales, no todos los usuarios se conformaron con la explicación del especialista, y algunos aseguraban que los puntos negros solo sirven para proteger el adhesivo; otros, para ocultar el interior del marco y hacer el diseño más estético; lo curioso del caso es que, en realidad, todos tienen parte de razón.
El doctor aclaró que sí, esos puntos negros cumplen también esa función extra de proteger el pegamento y mejorar el acabado visual de la ventana, ya que al actuar como filtro, permiten que el interior del marco no quede totalmente expuesto y ofrecen una transición más elegante entre el borde oscuro y el cristal transparente, aunque la función principal sigue siendo la de daños por diferencias de temperatura.
Esta mezcla de utilidades hace que los puntos negros se hayan convertido en uno de esos detalles que tenemos delante cada día y que, sin embargo, pasan completamente desapercibidos hasta que alguien nos los señala. Seguro que la próxima vez que subas al tren, tus ojos van a fijarse en esos puntos negros de las ventanas, pero ahora con otra mirada, que es la de quien sabe que están ahí para proteger el cristal, asegurar la fijación al marco y hacer tu viaje más seguro, aunque nunca te lo habrías imaginado.