Puede que muchos tengan la concepción de que lo “único” que hace una beca es pagar las matrículas o los libros necesarios para el curso académico del estudiante que la recibe, pero esto no es para nada cierto, ya que en un reciente estudio se ha demostrados que aquellos universitarios que reciben este tipo de ayudas económicas que les facilitan el acceder a grados superiores sacan mejores notas. Esto ha sido demostrado en la investigación publicada en la revista Frontiers in Education, realizada por la Universitat Abat Oliba CEU, que analizó el rendimiento de más de 6.000 alumnos entre 2020 y 2024.
Y no es una diferencia pequeña o algo excepcional, ya que quienes recibieron una beca no solo obtuvieron calificaciones medias más altas, sino que aprobaron más créditos, presentaron mejores tasas de rendimiento y acabaron la carrera en mayor proporción que aquellos compañeros que cursaron sus estudios sin ningún tipo de ayuda económica. La conclusión que podemos sacar de esto es bastante clara, y es que tener una beca mejora el rendimiento académico y, además, permite llegar más lejos dentro del sistema universitario.
Pero veamos un poco más en detalle algunos de los aspectos que se han analizado en este estudio, así como los diferentes resultados que se han obtenido y qué podemos sacar en claro de la información que ha revelado.
La beca como impulso académico (y emocional)
Lo que subraya este estudio va mucho más allá de los datos fríos, ya que detrás de cada beca hay una historia. La beca permite estudiar sin la presión de compaginar clases con trabajos mal remunerados, sin tener que elegir entre pagar el alquiler o renovar los apuntes. Y eso, claro, influye en los resultados.
Las investigadoras responsables del informe, Vanesa Berlanga y Franciele Corti, apuntan a varios factores que explican por qué un estudiante con beca rinde más, ya que no se trata solo de que tenga más recursos para dedicarse al estudio, sino también de la motivación que implica sentirse respaldado por el sistema. Saber que alguien ha apostado por ti tiene un impacto psicológico que no se puede ignorar.
Además, según este estudio, el 100 % de los alumnos becados terminaron sus carreras, manteniendo la ayuda durante toda su trayectoria universitaria, es decir, no solo empezaron, sino que también acabaron, demostrando que las becas son una herramienta clave para garantizar no solo el acceso, sino también la permanencia y la graduación.
Sin beca, más obstáculos y más abandonos
En el lado contrario nos encontramos con aquellos estudiantes que, por una circunstancia u otra no pudieron acceder a una beca, en cuyos casos se ha podido apreciar que cuentan en su historial académico con más asignaturas suspendidas y con muchos más créditos no presentados que los que sí obtuvieron esa ayuda, algo que, según avala el estudio, tiene que ver con un problema económico de base. La falta de acompañamiento académico o emocional también tiene mucho que ver en esta parte, ya que termina afectando, se quiera o no, al rendimiento de los estudiantes que los padecen.
El estudio también detecta diferencias de género, ya que en todos los grupos analizados, las mujeres sacan mejores notas, pero esta brecha se amplía aún más entre quienes han recibido una beca. Parece que, en estos casos, ellas aprovechan aún más las oportunidades que brindan estos programas de ayuda.
Por todo esto, las autoras proponen reforzar el apoyo a los estudiantes sin beca con medidas adicionales que les permitan competir en igualdad de condiciones, es decir, más tutorías, acompañamiento emocional y ayudas puntuales que complementen las carencias económicas de aquellos que quieren seguir formándose.