Aunque a muchos no se lo parezca, otros sí ven que la profesión de conductor de autobús tiene sus riesgos. Cada jornada se repite la misma rutina: madrugar, revisar el vehículo, enfrentarse al tráfico, algo complicado sobre todo en grandes ciudades, y tener la obligación de cumplir con los horarios fijados para cada parada. Por tanto, muy alejado de ser considerado como un trabajo tranquilo, pues conlleva un alto coste físico y mental ya que “necesitas estar siempre ocho horas pendiente de lo que pasa, cualquier mínimo detalle puede costar vidas”, asegura un profesional.
Es por este motivo por el que miles de conductores de autobuses de toda España reclaman que su profesión sea reconocida como “una tarea de riesgo” y por tanto tengan la posibilidad de acceder a la jubilación anticipada, igual que ocurre con otros colectivos como son los bomberos, los mineros o los policías locales.
Mucho desgaste durante la jornada
Los conductores de autobús aseguran que su día a día, aunque parezca rutinario y no muy estresante, es uno de los que más desgasta. Todo porque hay que permanecer durante muchas horas en la misma posición, con altos niveles de concentración y sin apenas pausas, lo que genera problemas musculares, de visión y de estrés: “Cuando terminas el turno, sientes el cuerpo como si llevaras encima todo el peso del autobús”, asegura un conductor.
Los sindicatos apoyan al sector. Las federaciones del transporte de UGT y CCOO insisten en que los conductores de autobús acumulan un riesgo elevado de sufrir enfermedades musculoesqueléticas, ansiedad o depresión, derivadas de la carga mental y la falta de descanso. A eso se suma la expansión constante a ruidos, vibraciones y contaminación, a lo que en ocasiones se suma el trato diario con pasajeros en situaciones a veces tensas.
Conductor de autobús: una profesión que pasa factura
Un estudio del Instituto Nacional de Seguridad y Salud en el Trabajo destacaba que el 70% de los conductores de transporte público sufre dolor de espalda o cuello y que la media de bajas laborales en el sector supera al de la mayoría de profesiones.
Por ello, desde el sector del transporte se reclama desde hace años una revisión de los coeficientes reductores que permitan a los conductores jubilarse antes de los 65 años sin penalización. En la actualidad, sólo ciertos colectivos con trabajos especialmente duros o peligrosos tienen esta posibilidad.
Desde las organizaciones sindicales y la Federación Nacional de Transportes se han trasladado al Gobierno varios informes técnicos que demuestran que el deterioro físico de un conductor es comparable al de otros profesionales que ya cuenta con jubilación anticipada: “Subirse cada día a un autobús de 12 metros, en ciudades con tráfico denso y bajo estrés constante, debería considerarse una tarea de riesgo”.
Una demanda de muchos años por parte del sector
Hasta el momento, no hay una respuesta concreta por parte del Ministerio de Inclusión y Seguridad Social. Pero el movimiento está activo, vuelve a estar presente en los medios de comunicación.
Más allá del desgaste físico, los conductores señalan el agotamiento mental que conllevar mantener la concentración durante toda la jornada: “Tienes que estar pendiente de los semáforos, los peatones, los pasajeros, los coches… No puedes permitirte ni un segundo de distracción”. Los expertos en salud laboral coinciden en que este nivel de vigilancia continua genera una tensión emocional acumulada que, con el paso del tiempo, puede provocar insomnio, ansiedad e incluso trastornos cardiovasculares.
Junto con la petición, desde hace años, de la jubilación anticipada también se busca una mejora real en las condiciones de trabajo del sector, con mejoras en la ergonomía de los vehículos, más pausas entre turnos y mayor vigilancia médica.
Buenas noches ,si bien… pero y la de un camionero?un albañil,,?…Un GUARDIA CIVIL???. Creo que lo sensato es ser coherente.