El Gobierno se harta de la sobreexposición infantil en redes sociales y así planea acabar con ella

La sobreexposición infantil en las redes sociales ha dejado de ser algo que preocupe a las familias y a los expertos, llegando incluso al Gobierno, el cual ha decidido involucrarse activamente en este tema con un nuevo marco legal impulsado por el propio Consejo de Ministros en el que se establece un límite en el uso que se hace de la imagen de los menores en plataformas como TikTok, Instagram o YouTube, donde muchos niños actúan como auténticos influencers, sin que hasta ahora existiera una regulación clara que los protegiera.

El Proyecto de Ley Orgánica de Protección de las Personas Menores de Edad en los Entornos Digitales, que ya ha sido aprobado como proyecto de ley, reconoce por fin una realidad muy preocupante, y es que la sobreexposición infantil en internet es una forma de trabajo encubierto. Y como tal, debe tener límites, controles y garantías, tanto para los menores como para sus familias, poniendo de este modo fin a los contratos publicitarios sin filtro, a los horarios interminables frente a la cámara o al uso de algoritmos que empujan a los niños a comportarse como adultos.

Un cambio legal para poner freno a la sobreexposición infantil

En este nuevo marco legal, tal y como ya hemos adelantado al comienzo de este artículo y que ha sido impulsado por los ministerios tanto de Trabajo como de Derechos Sociales, se quiere cortar de raíz ciertos comportamientos o dinámicas que han convertido a muchos de nuestros menores en puros generadores de contenido, y a tiempo completo. Y es que algunos de ellos tienen millones de seguidores y hasta colaboran con marcas, siendo denominados “niños influencers”, pero durante mucho tiempo han estado en una especie de limbo legal.

Con esta ley, se exigirá autorización previa por parte de la autoridad laboral para cualquier actividad profesional protagonizada por menores en redes, además de que se establecerán franjas horarias compatibles con su calendario escolar y se evitará que las dinámicas del mundo adulto les pasen por encima.

La inteligencia artificial, otro frente abierto

Otro de los puntos a los que debemos atender en esta ley, es que se empezará a controlar la inteligencia artificial que se aplica a los contenidos que están protagonizados por menores de edad, algo que surge tras todos esos vídeos en los que se emplean deepfakes, imitaciones digitales o reconstrucciones de la voz y el rostro de niños sin consentimiento, un tema verdaderamente preocupante.

De este modo, la normativa exigirá que se indique de forma explícita cuándo un contenido ha sido manipulado digitalmente, y prohibirá el uso de la imagen, voz o gestos de un menor si no hay una autorización expresa.

La infancia no debería ser contenido

Para conseguir todo esto, las plataformas tecnológicas también deberán colaborar activamente para prevenir la sobreexposición infantil, de tal modo que ya no será suficiente con establecer una edad mínima para abrirse una cuenta, sino que ahora se exigirá a empresas como Meta, Google o ByteDance que identifiquen contenidos generados por menores, limiten el alcance que los algoritmos dan a esos perfiles y pongan en marcha mecanismos para verificar la identidad y el consentimiento.

Además, se hará hincapié en la responsabilidad de los padres y tutores legales, de forma que ya no se podrá publicar contenido con menores de forma sistemática sin una revisión previa ni sin garantías de que el niño está protegido.

Según los últimos datos del INE, el 94,5 % de los menores entre 10 y 15 años utiliza internet, y más del 70 % tiene móvil propio. En ese contexto, la línea entre el juego y el trabajo se había vuelto muy fina, algo que ya no será así después de este proyecto de ley, el cual pretende, precisamente, trazar de nuevo esa línea, reconociendo que la sobreexposición infantil es una amenaza real y que es necesario actuar antes de que el fenómeno se nos vaya de las manos.