Este verano se ha puesto en marcha una nueva ley que puede afectar en gran medida a algunos dueños de gatos en España, y es que a partir de ahora, tener este animal implica que se deberán cumplir una serie de obligaciones que, en caso de no hacerlo, pueden suponer multas de hasta 200.000 euros en ciertos casos. Todo ello se debe a la actualización que se ha llevado a cabo en la Ley de Bienestar Animal, la cual se encuentra en vigor desde el año 2023, pero que se ha reforzado el pasado 2024.
En la práctica, esto significa que cualquier persona que tenga un gato deberá cumplir con medidas muy concretas y que van desde la identificación con microchip y el registro oficial, hasta la esterilización obligatoria antes de los seis meses si no se es criador autorizado. Ignorar estas normas no es una simple falta administrativa; puede considerarse una infracción grave o muy grave, con multas que van desde los 500 hasta los ya mencionados 200.000 euros.
Las claves de la ley: microchip, esterilización y registro
Hasta hace poco, colocar un microchip a un gato era una recomendación, pero ahora es obligatorio; y es que el dispositivo debe implantarse en los primeros meses de vida y el animal debe inscribirse en el Registro de Animales de Compañía. No hacerlo puede acarrear sanciones de hasta 50.000 euros, buscando de este modo que, en caso de pérdida o abandono, se pueda localizar rápidamente al propietario y reducir el número de estos animales en colonias callejeras.
La otra novedad tiene que ver con la esterilización, ya que si tienes un gato y no estás inscrito como criador, la ley te obliga a esterilizarlo antes de que cumpla seis meses. Criar sin autorización no es algo que pueda tomar a la ligera, ya que desde ahora se considera infracción muy grave y la multa puede alcanzar los 200.000 euros.
Además, la ley establece un límite de tiempo para dejar solo al gato, por lo que no podrá estar sin atención más de 72 horas. Superar ese plazo sin dejarlo al cuidado de alguien se interpreta como desatención, con sanciones que oscilan entre los 500 y los 10.000 euros. Y, por si fuera poco, se prohíbe mantener al animal de forma permanente en lugares inadecuados como terrazas, balcones, trasteros o patios cerrados.
El bienestar del gato en el centro de la normativa
La verdad es que cuando pensamos en los gatos como animales de compañía, siempre se nos vienen a la cabeza ciertos adjetivos como que es muy independiente y que puede apañárselas muy bien solo, conceptos con los que se pretende acabar con esta nueva ley, ya que si bien es más autónomo que los perros, los felinos también necesitan una serie de cuidados, la atención de su dueño y encontrarse en un entorno lo más seguro posible.
Aunque para muchos dueños de gatos estas medidas puedan resultar algo pesadas e, incluso, estén en contra de llevarlas a cabo, lo cierto es que se pretende corregir ciertos hábitos muy arraigados en nuestra sociedad, como lo es el abandonar camadas enteras de estos animales, tenerlos de manera irresponsable o criarlos sin ningún tipo de control. Y es que todos estos problemas suponen no solo algo negativo para el bienestar de nuestro gato, sino que afectan de forma indirecta a la salud pública y al equilibrio de los ecosistemas urbanos.