Los asadores argentinos son posiblemente los más conocidos del mundo y quienes lo prueban dicen que todos deberíamos probarlos al menos una vez en la vida. Seguramente, para que el recuerdo sea inolvidable, lo mejor es que lo haga una persona de aquel país, con experiencia y conocedora de todos los detalles que debe contener para que sea lo máximo.
Para los expertos, en un buen asado no puede faltar la sal, el condimento base para que destaque. Luego se le podrán añadir otro tipo de sazonadores, como el chimichurri o la salsa criolla, pero el utilizar sal gruesa o entrefina no se discute, es clave. Y no sólo se utiliza como condimento.
El uso real de la sal en los asadores argentinos, el gran desconocido
Lo que seguramente no es de conocimiento general, sobre todo fuera de Argentina, es que la sal no sólo se utiliza para dar sabor al asado. También es muy eficaz si se espolvorea directamente sobre las brasas. Es un truco habitual en la parrilla que algunos asadores llevan a cabo para mejorar el proceso y conseguir un mejor resultado con su asado.
Los efectos que tiene la sal sobre las brasas
La sal es un elemento clave porque ayuda a controlar la producción de humo al absorber parte de la grasa que gotea sobre las brasas, evitando así que se queme y que genere humo, algo que de producirse podría afectar al sabor de la carne. Además, al esparcir sal gruesa sobre las brasas, se puede prolongar su duración y mantener una temperatura más pareja, lo que favorece una cocción más controlada.
Otros usos alternativos de la sal en la cocina
Aunque puede ayudar a sofocar el fuego en determinadas ocasiones, la sal no se puede considerar como un extintor universal. Si se arrojan sobre las brasas, no las apaga por completo pero puede reducir la intensidad del fuego y controlar llamas pequeñas, ya que cubre el carbón y limita el oxígeno disponible. Uno de los casos en los que puede servir para sofocar un incendio en la cocina es cuando el aceite larga una llamarada. Con la sal podemos absorber el aceite y cortar la combustión.
Las principales ventajas de la sal
- Regula el pH del cuerpo gracias a sus propiedades alcalinas, ya que contribuye a prevenir niveles altos de ácido en el cuerpo y previene en enfermedades de riñón e hígado.
- Ayuda a reducir los niveles de colesterol y la presión sanguínea si se usa con moderación. Puede prevenir infartos y enfermedades cerebrales.
- Tiene propiedades antiinflamatorias gracias a sus minerales. Un baño de agua tibia con sal puede ayudar a reducir la inflamación de una zona del cuerpo o a limpiar una herida inflamada.
- Fortalece el sistema inmune por su contenido de minerales y proporciona una mayor protección contra infecciones y enfermedades.
- Previene la caspa, por lo que usar un spray salino permite tener un cabello saludable libre de caspa. La sal absorbe el exceso de sudor o aceite, reduciendo las posibilidades de que el cuero cabelludo se reseque o se irrite.
- Relaja los músculos. La sala marina es un gran constituyente muscular y ayuda a calmar calambres.
Los principales inconvenientes de la sal
Siempre ha estado en el punto de mira de las autoridades sanitarias porque su consumo excesivo provoca un aumento de la presión arterial. Esto eleva el riesgo de padecer enfermedades cardíacas y sufrir accidentes cardiovasculares. Por ello se recomienda un consumo máximo de cinco gramos al día en personas sanas.
