Quienes sufren el síndrome del túnel carpiano y han visto deteriorada de forma irreversible su capacidad para trabajar deben saber que la Seguridad Social ya reconoce esta dolencia como causa suficiente para conceder una incapacidad permanente absoluta, aunque solo en los casos más graves. Esto ha sido posible gracias a que el Instituto Nacional de la Seguridad Social (INSS) ha actualizado los criterios para poder acceder a dicha incapacidad, haciendo de este modo que ahora se pueda solicitar la pensión completa, es decir, el 100% de la base reguladora, a aquellos afectados por túnel carpiano severo y que, debido a ello, no puedan desarrollar ninguna actividad laboral.
Esta incapacidad se concede cuando la enfermedad ha evolucionado de forma tal que ni con tratamiento, cirugía ni adaptaciones se logra recuperar la funcionalidad necesaria para desempeñar tareas profesionales, como les puede pasar a trabajadores manuales, administrativos o dependientes que no pueden sujetar herramientas o incluso mover el ratón del ordenador sin dolor y entumecimiento, de tal forma que ahora pueden acogerse a esta protección económica de la Seguridad Social.
Cuándo se reconoce el túnel carpiano como causa de incapacidad
El síndrome del túnel carpiano provoca hormigueo, pérdida de fuerza, falta de sensibilidad y dolor constante en manos y brazos, siendo ademas una dolencia que se agrava con el tiempo si no se trata y que, en algunos casos, puede llegar a incapacitar de forma permanente. El INSS valora la concesión de la pensión una vez agotadas todas las posibilidades terapéuticas, las cuales van desde férulas nocturnas hasta fisioterapia, infiltraciones o incluso cirugía, y en caso de que nada de eso haya servido y el dolor interfiere en el desempeño laboral, el siguiente paso puede ser la declaración de incapacidad permanente.
Eso sí, el proceso no es automático, ya que es muy importante que tengas los informes médicos actualizados y detallados. El traumatólogo de la Seguridad Social debe emitir un informe de limitaciones funcionales, donde se recoja cómo afecta el túnel carpiano al día a día del paciente, siendo la prueba principal y, por ello, más importante, la electromiografía, que permite medir el daño en los nervios.
Una vez iniciada la solicitud, el tribunal médico del INSS (EVI) evaluará la historia clínica, los tratamientos seguidos y si el paciente ha rechazado una cirugía sin riesgos, lo que podría jugar en su contra. Sin embargo, si los riesgos superan los beneficios, negarse a la operación no se considera una falta de colaboración.
Qué pensión puede reconocerse por túnel carpiano
La Seguridad Social contempla distintos grados de incapacidad permanente en función del impacto de la dolencia, aunque el caso que aquí nos ocupa, el del túnel carpiano, las opciones más comunes son:
- La incapacidad parcial, la cual quiere decir que se ha perdido al menos un 33 % de la capacidad laboral habitual y, aunque no se recibe una pensión mensual, si que se le paga al trabajador una indemnización.
- La incapacidad total ocurre cuando el trabajador no puede seguir ejerciendo su profesión habitual, pero puede dedicarse a otra distinta. En este caso, la pensión es del 55 % de la base reguladora.
- La incapacidad absoluta es el grado más alto y se da cuando no se puede desempeñar ningún trabajo, motivo por el cual se percibe el 100 % de la base reguladora.
Los casos de túnel carpiano severo que afectan a ambas manos, o que se combinan con otras patologías musculoesqueléticas, suelen terminar reconociéndose como incapacidad absoluta.
Para acceder a esta pensión, la enfermedad debe estar relacionada con el trabajo. Si figura en el Real Decreto 1299/2006 como patología derivada de agentes físicos, se considerará enfermedad profesional y esto le ocurre sobre todo a personas que realizan movimientos repetitivos, manipulación de cargas o uso continuado del teclado.