El duro y largo enfrentamiento entre el colectivo de los taxistas y el de los profesionales VTC en Cataluña podría estar dando sus últimos coletazos en la comunidad debido a la ley que quiere aprobar la Generalitat y que apunta a cambiar el escenario actual del transporte público. Si sale adelante, tal y como está redactada, se podrían eliminar más de la mitad de las licencias VTC en el área metropolitana de Barcelona. Esto supondría, para muchos, una sentencia casi definitiva para las plataformas digitales como Uber o Cabify.
Incapaz de dar el servicio demandado
Uno dato curioso sobre la oferta de taxis y la demanda que existe en la actualidad en la Ciudad Condal y que se extrae del informe Estimación del tamaño óptimo de flota de taxi y VTC para equilibrar la oferta y demanda en Barcelona, elaborado por el Centro de Investigación del Transporte de la Universidad Politécnica de Madrid, destaca que la oferta actual de taxis y VTC en Barcelona es incapaz de dar servicio a más del 50% de las peticiones de viaje.
Para reducir de forma significativa la demanda insatisfecha sería necesario incorporar entre 3.500 y 4.600 vehículos adicionales, datos que dibujan un escenario totalmente contrario al que se pretende imponer con la nueva normativa de la Generalitat.
La región con más taxis por habitante
El área metropolitana de Barcelona se ha convertido en la capital europea del taxi y seguramente esto es algo que jamás se buscó. Hay más de 10.500 licencias registradas y se supera en densidad a ciudades como París, Londres o Berlín. En la práctica, esto significa que encontrar un taxi en la capital de Cataluña podría ser fácil. Sin embargo, también conlleva un mercado saturado en el que una licencia puede rondar los 140.000 euros.
El alto precio que se paga por licencias, unido a la falta de nuevas autorizaciones, ha hecho que el taxi se convierta en un bien codiciado y difícil de conseguir. A esto hay que añadir que los que quieran ejercer como taxistas deben aprobar exámenes oficiales, cumplir una serie de requisitos y, en el futuro próximo, acreditar un nivel B1 de catalán. Por tanto, no todos podrán ser taxistas, lo que hará que el número de estos disminuya.
La ley que apunta a Uber y Cabify
El proyecto de ley del Govern de Salvador Illa contempla la reducción de casi 600 de las 1.000 que operan en la actualidad en el área metropolitana de la Ciudad Condal. Además, las nuevas autorizaciones serán temporales, de dos años, no se podrán renovar de forma automática y, sobre todo, serán intransferibles. En resumen, el fin del modelo que permitió el gran crecimiento de Uber y Cabify.
Además, la normativa, en su momento actual, otorga al taxi la categoría de “servicio económico de interés general”, situándolo en la cúspide del transporte urbano. En cuanto a las VTC, quedarían relegadas a un papel secundario, con limitaciones de horario, zonas de operación y condiciones medioambientales más estrictas. Desde algunas patronales consideran que se trata de un “golpe mortal” y preparan acciones legales para frenar lo que muchos llaman “ley antiuber”.
El control del asfalto, el gran objetivo
Lo que muchos no saben es que detrás de esta batalla hay algo más que una cuestión económica, hay poder. Los taxistas llevan años presionando para frenar la expansión de las VTC y, según ellos, lo hacen para proteger el sector. Mientras, plataformas como Uber, Cabify y Bolt insisten en que los taxis y las VTC no compiten, se complementan. Alegan que sus servicios han modernizado la movilidad y que eliminar cientos de licencias sólo perjudicaría a los ciudadanos.
Las autónomo y empresarios de VTC INVERTIDO millones .donde cobran sus dineros….?